Elías Amor Bravo
Economista cubano.
Valencia, 30 de enero, 2014.
Inmersos de lleno en los fastos de la CELAC, los Castro no han advertido
que su Oficina Nacional de Estadística, ONE, acaba de publicar los
datos relativos al
turismo internacional en Cuba durante 2013,
que supone un nuevo varapalo a las autoridades responsables de este
sector, fundamental para obtener ingresos con los que financiar el
abultado déficit del comercio exterior.
En 2013, llegaron a Cuba
2852572 turistas del extranjero, una cifra que tan solo representa un modesto incremento del
0,5% con relación al año anterior. Queda atrás la cifra objetivo de los
3 millones,
que nadie sabe muy bien cuál es su origen o racionalidad, pero que la
propaganda del régimen alardea continuamente. Antes de proseguir con el
análisis es importante poder contrastar este resultado con dos datos que
pueden ser útiles a los efectos del análisis.
En 2013, la
República Dominicana atrajo a
4,7 millones de turistas,
casi el doble. Luego el problema no es la crisis económica o el Caribe,
sino que se tienen que identificar otras causas. Y por otra parte, 2013
ha sido un gran año para el turismo mundial, con
52 millones más de viajeros
que en 2012, según datos de la Organización Mundial del Turismo, OMT.
Los destinos preferidos del turismo han sido Sureste asiático, Europa
central y del Este, Europa mediterránea y Norte de África con aumentos
superiores al 6% en todas estas zonas.
Mientras el
turismo internacional crece un 5% en 2013, en
Cuba lo hace tan solo en un
0,5%
lo que significa prácticamente quedar estancado con respecto al año
anterior. Es evidente que los responsables de la administración
turística no han hecho bien su trabajo. Y si bien es cierto que los
países del Caribe registraron un 1% de aumento en sus llegadas de
viajeros, ese porcentaje supone duplicar al resultado alcanzado en Cuba.
Recomendación: que se lo hagan ver.
En diversos trabajos anteriores venía advirtiendo que la
temporada de turismo en Cuba no iba a ser buena en 2013. Los resultados han confirmado estas previsiones.
En la perspectiva de cinco años, la entrada de viajeros en Cuba pasó de
2,4 millones en 2009 hasta 2,7 millones en 2011, y desde entonces, las
cifras se han estabilizado sin alcanzar ese resultado que la propaganda
del régimen ansia, que son los 3 millones de turistas.
¿Qué hay detrás de este fracaso?
Los
mercados principales se han estancado o incluso han reducido
su aportación. Es el caso de Reino Unido, con un descenso del 3%,
Francia, con algo más, un 5%, Italia, con un porcentaje similar, 4,7%,
España con un 11%, se sitúa a la cabeza de este ranking. Es indudable
que el efecto de la crisis está ejerciendo una sustitución en las
preferencias, lo que lleva a ingleses o franceses a elegir las costas
españolas, marcando en 2013 un ejercicio de resultados record, con más
de 60 millones de turistas.
Tan solo Canadá, que acaba siendo el principal mercado emisor de la
Isla, con 1105729 y un aumento del 3,2% y en menor medida Alemania, con
115984 y un aumento del 6%, contribuyen a mejorar el balance del año.
Los
países de América Latina también han canalizado turismo hacia
Cuba, destacando Venezuela o Chile y en menor medida México, pero estos
países aportan cifras absolutas que, en ningún caso, compensan las
fuentes caídas registradas en los principales mercados europeos.
Hay que
revisar en profundidad el actual diseño de la política
turística. No es posible competir a nivel mundial con un producto que es
incapaz de conseguir la
fidelidad y repetición de los turistas.
El gran éxito del modelo español es conseguir que millones de ingleses,
alemanes o franceses vuelvan cada año a disfrutar de sus vacaciones. En
Cuba, eso no parece que esté dando los resultados apetecidos. La
política turística ha tocado techo. Las previsiones de las compañías
hoteleras que apostaron por el futuro del sector en Cuba se están viendo
frenadas por los obstáculos al pleno desarrollo del mismo. Es
incompatible pensar en un turismo viable y sostenible en presencia de un
estado que todo lo controla.
En el sector turismo existe un
espacio magnífico para el desarrollo de las actividades por cuenta propia,
para el crecimiento de la empresa privada y para el establecimiento de
un marco jurídico estable de respeto a los derechos de propiedad. Una
libertad absoluta para la empresa cubana, donde los nacionales del país
puedan abrir sus negocios en pie de igualdad con los extranjeros, en las
distintas ramas de actividad que soportan al sector turismo. Estos
aspectos no se observan en Cuba y son necesarios a la vista de los
resultados mediocres que se presentan en este análisis. Ojalá las
autoridades tomen buena nota. El camino que han seguido, al menos hasta
la fecha, no es el adecuado.